Gonzalo de Berceo

Gonzalo de Berceo

Poeta y monje Español cuyo nombre completo es Gonzalo de Berceo

Berceo, c. 1198 - antes de 1264

29 Poesías de Gonzalo de Berceo

Poemas más populares de Gonzalo de Berceo


milagro v el pobre caritativo

Era un omne pobre que vivie de raçiones,
non avie otras rendas nin otras furçiones,
fuera quanto labraba, esto poccas sazones,
tenie en su alzado bien poccos pepiones.
Por ganar la gloriosa que él mucho amaba,
partielo con los pobres todo quanto ganaba,
en esto contendia e en esto punnaba,
por aver la su graçia su mengua oblidaba.
Quando ovo est pobre dest mundo a passar
la madre gloriosa vinolo combidar,
fabloli muy sabroso, querielo falagar,
udieron la palabra todos los del logar.
Tu mucho cobdiçiest la nuestra compannia,
sopist pora ganarla bien buena maestria,
ca parties tus almosnas, diçies ave maria:
porque lo façies todo yo bien lo entendia.
Sepas que es tu cosa toda bien acabada,
esta es en que somos la cabera iornada,
el ite missa est conta que es cantada,
venida es la hora de prender la soldada.
Io so aqui venida por levarte comigo
al regno de mi fijo que es bien tu amigo,
do se çeban los angeles del buen candial trigo,
a las sanctas virtutes plaçerlis a contigo.
Quando ovo la gloriosa el sermon acabado,
desamparó la alma al cuerpo venturado,
prisieronla de angeles un convento onrrado,
levaronla al çielo, dios sea end laudado.
Los omnes que avien la voz ante oida,
tan aina vidieron la promessa complida;
a la madre gloriosa que es tan comedida,
todos li rendien graçias, quisque de su partida.
Qui tal cosa udiesse, serie mal venturado.
Si de sancta maria non fuesse muy pagado:
si mas non la onrrasse serie desmesurado:
qui de ella se parte, es muy mal engannado.
Aun mas adelante queremos aguijar,
tal razon commo esta non es de destaiar ,
ca estos son los arbores do debemos folgar
en cuya sombra suelen las aves organar.
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Poema milagro v   el pobre caritativo de Gonzalo de Berceo con fondo de libro

milagro xix un parto maravilloso

De un otro miraclo vos queremos contar
que cuntió otro tiempo en un puerto de mar:
estonz lo entendredes e podredes iurar,
la virtut de maria que es cada logar.
Entendredes en ello commo es la gloriosa
en mar e en terreno por todo poderosa:
commo vale aina, ca non es perezosa,
e nunqua trovó omne madre tan piadosa.
çErca una marisma, tumba era clamada,
façiase una isla cabo la orellada,
façie la mar por ella essida e tornada,
dos veçes en el dia, o tres a la vegada.
Dien dentro enna isla de las ondas çerquiella,
de sant miguel era, avie una capiella,
cuntien grandes virtutes siempre en essa çiella,
mas era la entrada un pocco asperiella.
Quando querie el mar contra fuera essir,
isie a fiera priessa, non se sabie sofrir:
omne maguer ligero, non li podrie foir;
si ante non issiesse, hi avrie a perir,
el dia de la fiesta del arcangel preçioso
era el mar mas quedo, iaçie mas espaçioso,
udie el pueblo missa non a son vagoroso,
fuien luego a salvo a corso presuroso.
Un dia por ventura con la otra mesnada
methiose una femna flaquiella e prennada,
non podió aguardasse tan bien a la tornada,
tóvose por repisa por que era entrada.
Las ondas vinien çerca, las gentes alongadas,
avie con el desarro las piernas embargadas,
las compannas non eran de valerli osadas,
en poquiello de termino façien muchas iornadas.
Quand al non podien las gentes con ardura
valasli, sancta maria, diçien a grant pressura:
la prennada mesquina cargada de rencura
fincó entre las ondas en fiera angostura.
Los que eran essidos, commo non vedien nada,
cuidaban bien sin dubda que era enfogada:
diçien: esta mesquina fue desaventurada:
sos peccados tovieronli una mala çelada.
Ellos esto diçiendo, encogióse la mar,
en pocco de ratiello tornó en su logar,
quisolis don xpo grant miraclo demostrar,
por ond de la su madre oviessen que fablar.
Ellos que se querien todos ir su carrera,
estendieron los oios, cataron a la glera,
vidieron que vinie una mugier sennera,
con so fijo en brazos en contra la ribera.
Fiçieronse las gentes todas maravilladas,
tenien que fantasia las avie engannadas;
pero a pocca dora fueron çertifigadas,
rendien graçias a xpo todas manos alzadas.
Dissieron: deçit, duenna, por dios e caridat,
por dios vos coniuramos, deçitnos la verdat,
deçitnos de la cosa toda çertenedat,
e commo vos librastes de vuestra emprennedat.
Por dios avino esto, en ello non dubdamos,
e por sancta maria a la que nos rogamos,
e por sant miguel, en cuia voz andamos:
es esti miraclo bien que lo escribamos.
Oid, disso la duenna, la mi buena companna,
creo que non udiestes nunqua meior hazanna:
será bien retraida pro la tierra estranna,
en greçia e en africa, e en toda espanna.
Ouando vi que de muert estorçer non podia,
que de las fieras ondas çircundada sedia,
comendeme a xpo e a sancta maria,
ca pora mi conseio otro non entendia.
Yo en esto estando vino sancta maria,
cubriome con la manga de la su almexia:
non sentia nul periglo mas que quando dormia,
si ioguiesse en banno, mas léida non seria.
Sin cuita e sin pena, sin ninguna dolor
parí esti fijuelo, grado al criador:
ovi buena madrina, non podrie meior,
fizo misericordia sobre mi peccador.
Fizo en mi grant graçia non una, ca doblada:
si por ella non fuesse, seria enfogada:
valióme en el parto, si non serie dannada:
nunqua mugier non ovo madrina tan onrrada.
Assin fo mi façienda commo yo vos predigo,
fizo sancta maria grant piadat comigo,
cnde todos debemos prender ende castigo,
pregarla que nos libre del mortal enemigo.
Ovieron del miraclo todos grant alegria,
rendieron a dios graçias e a sancta maria,
fiçieron un buen cantico toda la clereçia,
podrielo en la eglesia cantar la clereçia.
Xpo sennor e padre, del mundo redentor,
que por salvar el mundo sofrist muert e dolor,
tu seas beneito, ca eres buen sennor ,
nunca te priso asco del omne peccador.
Tu librest a ionas del vientre del pescado,
que lo tovo tres dias en el vientre çerrado,
non príso lision, ca fue de ti guardado:
el miraclo vieio oy es renovado.
Fijos de isrrael quando la mar passaron,
que por tu mandamiento tras moises guiaron,
iaçiendo so las ondas nul danno non tomaron;
mas los persecutores todos se enfogaron.
Los antigos miraclos preçiosos e onrrados
por oio los veemos agora renovados:
sennor, los tos amigos en el mar fallan vados,
a los otros en seco los troban enfogados.
Sennor, la tu potençia grant e marabillosa
essa salvó a peidro enna mar periglosa:
sennor que encamesti enna virgo gloriosa,
en ti solo fiamos, ca non en otra cosa.
Sennor, bendicta sea la tu vertut sagrada,
benedicta la tu madre reyna coronada:
tu seas bendicho, ella sea laudada:
sennor, ovist en ella benedicta posada!
sennor, que sin fin eres e sin empezamiento,
en cuia mano iaçen los mares e el viento,
denna tu bendiçion dar en est conviento,
que laudarte podamos todos de un taliento.
Varones e mugieres quantos aqui estamos,
todos en ti creemos e a ti adoramos:
a ti e a tu madre todos glorificamos:
cantemos en tu nomne el te deum laudamus.
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Poema milagro xix   un parto maravilloso de Gonzalo de Berceo con fondo de libro

milagro xx el clérigo embriagado

De un otro miraclo vos querria contar
que cuntió en un monge de abito reglar:
quísolo el diablo dura-ment espantar,
mas la madre gloriosa sopogelo vedar.
De que fo enna orden, bien de que fo noviçio
amó a la gloriosa siempre façer serviçio:
quitandose de follia de fablar en forniçio.
Pero ovo en cabo de caer en un viçio.
Entró enna bodega un día por ventura,
bebió mucho del vino, esto fo sin mesura,
embebdose el locco, issio de su cordura,
iogo hasta las viesperas sobre la tierra dura.
Bien a ora de visperas el sol bien enflaquido,
recordó mala-mientre andaba estordido:
issio contra la claustra hascas sin nul sentido:
entendiengelo todos que bien avie bebido.
Peroque en sus piedes non se podie tener,
iba a la eglesia commo solia façer ,
quisoli el diablo zancajada poner,
ca bien se lo cuidaba rehez-mientre vençer.
En figura de toro que es escalentado,
cavando con los piedes, el çeio demudado,
con fiera cornadura sannoso e yrado
paroseli delante el traydor probado.
Façieli gestos malos la cosa diablada,
que li metrie los cuernos por media la corada
príso el omne bueno muy mala espantada,
mas valiol la gloriosa reyna coronada.
Vino sancta maria con abito onrrado,
tal que de omne vivo non serie apreçiado,
methieselis in medio a él e al peccado,
el toro tan superbio fue luego amansado.
Menazóli la duenna con la falda del manto,
esto fo pora elli un muy mal quebranto,
fúso e desterrósse façiendo muy grant planto,
fincó en paz el monge, graçias al padre sancto.
Luego a poco rato, a pocas depassadas
ante que empezasse a sobir ennas gradas,
cometiólo de cabo con figuras pesadas,
en manera de can firiendo colmelladas.
Vinie de mala guisa, los dientes regannados,
en çeio muy turbio, los oios remellados
por ferlo todo piezas, espaldas e costados:
mesiello, diçie elli, graves son mis pecados!
vien se cuidó el monge seer despedazado,
sedie en fiera cueta, era mal dessarrado,
mas valiol la gloriosa, es cuerpo adonado,
commo fizo el toro, fo el can segudado.
Entrante de la eglesia enna somera grada
cometiólo de cabo la terçera vegada
en forma de leon, una bestia dubdada,
que traie tal fereza que non serie asmada.
Alli cuidó el monge que era devorado,
ca vidie por verdat un fiero encontrado:
peor li era esto que todo lo passado,
entre su voluntat maldiçie al peccado.
Diçie: valme gloriosa madre sancta maria,
valame la tu graçia oi en esti dia,
ca só en grant afruento, en maior non podria:
madre, non pares mientes a la mi grant follia!
abes podió el monge la palabra complir
véno sancta maria commo solie venir
con un palo en mano pora leon ferir:
methioselis delante, empezó a deçir:
don falso alevoso, non vos escarmentades?
mas io vos daré oi lo que vos demandades:
ante lo compraredes que daquend vos vayades,
con quien volvistes guerra quiero que lo sepades.
Empezoli a dar de grandes palancadas,
non podien las menudas escuchar las grannadas,
lazraba el leon a buenas dinaradas,
non ovo en sus dias las cuestas tan sovadas.
Diçiel la buena duena: don falso traydor
que siempre en mal andas, eres de mal sennor:
si mas aqui te prendo en esti derredor,
de lo que oi prendes aun prendrás peor.
Desfizo la figura, empezó a foir,
nunqua mas fo osado al monge escarnir,
ante passó grant tiempo que podiesse guarir,
plógoli al diablo quando lo mandó ir.
El monge que por todo esto avia pasado,
de la carga del vino non era bien folgado,
que vino e que miedo avienlo tan sovado,
que tornar non podio a su lecho usado.
La reyna preçiosa e de preçioso fecho
prísolo por la mano, levólo por al lecho,
cubriólo con la manta e con el sobrelecho,
pusol so la cabeza el cabezal derecho.
Demas quando lo ovo en su lecho echado
sanctiguol con su diestra e fo bien sanctiguado:
amigo, dissol, fuelga, ca eres muy lazrado,
con un pocco que duermas luego seras folgado.
Pero esto te mando, afirmes te lo digo,
cras mannana demanda a fulan mi amigo,
conffiessate con elli e serás bien comigo,
ca es muy buen omne, e dartá buen castigo.
Quiero io que mi via salvar algun cuitado,
esto es mi deliçio, mi offiçio usado:
tu finca bendicho a dios acomendado;
mas non se te oblide lo que te e mandado.
Disol el omne bueno: duenna, se que debedes,
vos que en mi fiçiestes atan grandes merçedes,
quiero saber qui sodes, o que nomne avedes,
ca io gano en ello, vos nada non perdedes.
Disso la buena duenna: seas bien sabidor,
io so la que parí al vero salvador,
que por salvar el mundo sufrió muert e dolor,
al que façen los angeles serviçio e onor.
Disso el omne bono: esto es de creer:
de ti podrie, sennora, esta cosa naçer:
déssateme, sennora, los tus piedes tanner
nunqua en esti sieglo veré tan grant plaçer.
Contendie el bon omne, queriesse levantar,
por fincar los inoios, los piedes li besar;
mas la virgo gloriosa non lo quiso esperar,
tollioseli de oios, ovo él grant pesar.
Non la podie a ella por do iba veer,
mas vedie grandes lumnes redor ella arder:
non la podie por nada de los oios toller,
façie muy grant derecho, ca fizol grant plaçer.
Otro dia mannana venida la luz clara
buscó al omne bono que ella li mandara:
fizo su confession con umildosa cara,
non li çel6 un punto de quanto que pasara.
El maestro al monge fecha la confession,
dioli conseio bueno, dioi absoluçion,
methió sancta maria en él tal bendiçion,
que valió mas por elli toda essa congregaçion.
Si ante fora bono, fo desende meior:
a la sancta reyna madre del criador
amóla siempre mucho, fizol siempre onor:
feliz fo el que ella cogió en su amor.
El otro omne bono non lo sabrie nomnar,
al que sancta maria 0 mandó maestrar:
cogió amor tan firme de tanto la amar
que dessarsie por ella la cabeza cortar.
Todas las otras gentes legos e coronados,
clerigos e canonges e los escapulados,
fueron de la gloriosa todos enamorados
que sabe acorrer tan bien a los cuitados.
Todos la bendiçien e todos la laudaban,
las manos e los oios a ella los alzaban,
retraien los sos fechos, las sos laudes cantaban,
los dias e las noches en esso las passaban.
Sennores e amigos, muevanos esta cosa,
amemos e laudemos todos a la gloriosa,
non echaremos mano en cosa tan preçiosa
que tambien nos acorra en ora periglosa.
Si nos bien la sirvieremos, quequiere quel pidamos
todo lo ganaremos, bien seguro seamos:
aqui lo entendremos bien ante que muramos,
lo que alli methieremos que bien lo empleamos.
Ella nos de su graçia e su bendiçion
guardenos de peccado e de tribulaçion,
de nuestras liviandades ganemos remission,
que no vaian las almas nuestras en perdiçion.
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milagro xxi


Poema milagro xx   el clérigo embriagado de Gonzalo de Berceo con fondo de libro

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